Desprendimiento de retina

Esto ocurre cuando la retina se separa de una capa de células pigmentadas (epitelio pigmentado de la retina) a la cual usualmente se encuentra fuertemente adherida.  Se le llama desprendimiento de retina dermatógeno a aquél que es causado por un agujero o desgarro en la retina.  Los factores de riesgo son: la edad avanzada, miopía elevada, trauma ocular, antecedentes de desprendimiento en el ojo contra lateral y antecedente de cirugía de catarata, pero también puede ocurrir en cualquier persona sin factores de riesgo y a cualquier edad.  Los síntomas pueden ser flotadores (ver mosquitas), fotopsias (ver luces),  y disminución de la agudeza visual (una sombra que avanza en el campo de visión, o disminución brusca de la visión), por lo que si una persona experimenta alguna de estas molestias debe de acudir de inmediato con su médico oftalmólogo.

Si el desprendimiento de retina ya ocurrió el tratamiento es quirúrgico (ver vitrectomía y retinopexia) y entre más rápido se trate el problema mejor es el pronostico. Si se encuentra una lesión predisponente (agujero o desgarro) sin que haya ocurrido un desprendimiento de retina,  se puede prevenir tratándose las lesiones con fotocoagulación de la retina con láser.  Solo un oftalmólogo con entrenamiento de cirugía de retina y vitreo puede realizar los procedimientos quirúrgicos requeridos (ver Cirugía de Retina) en esta situación urgente y de gravedad en el ojo, ya que si no se recibe tratamiento a tiempo el ojo afectado puede perder la visión.

Retinopatía Diabética

Es una complicación de la diabetes mellitus, en la cual se afecta principalmente los vasos sanguíneos de la retina, disminuyendo el aporte de oxigeno a la retina y causando la pérdida progresiva de la visión por muerte de las neuronas de la retina.  Esta enfermedad es una de las principales causas de ceguera en adultos de 20 a 74 años en todo el mundo (en México es la principal causa de ceguera). Es recomendable la detección y tratamiento adecuado de la diabetes para no desarrollar las complicaciones oculares, así mismo es importante la revisión oftalmológica de todas las personas que se conozcan diabéticas, desde el momento del diagnóstico, y periódica y constantemente para vigilar el estado de la retina.

Cuando se detectan vasos anormales (neovasos) en la retina, si se aplica fotocoagulación con láser a tiempo, es posible desacelerar o detener la progresión de la baja visual que acompaña a esta enfermedad si no es tratada. En estados avanzados pueden ocurrir grandes hemorragias dentro del cuerpo gelatinoso (humor vítreo) y desprendimientos de retina por tracciones de membranas creadas en la retina como complicación de la diabetes que requieren de cirugía de retina (Cirugía).

Degeneración Macular Relacionada a la edad

Es una enfermedad propia del envejecimiento y es la causa principal de ceguera legal (visión menor de 20/200 en ambos ojos) en personas mayores de 60 años. Acurre una degeneración de la retina, principalmente del centro de esta (macula), la cual es encargada de la visión fina (visión central).  Dentro de los factores de riesgo están: Edad mayor de 50 años, antecedentes familiares de la enfermedad, raza blanca y una de los factores de riesgo más fuertemente asociados es el hábito del tabaquismo.  Al principio de la enfermedad usualmente no existen síntomas y la única manera de detectarla es con la revisión oftalmológica y cuando se encuentra en estadios más avanzados se puede presentar disminución brusca de la visión, una mancha obscura en el campo visual central (escotoma) y ver las cosas distorsionadas (metamorfopsias).  Hay dos grandes variedades: la seca y la húmeda. Es muy importante la detección oportuna, ya que si se trata a tiempo (variedad húmeda), se puede conservar la visión que tenga el paciente al momento del diagnostico y en algunos casos hasta mejorar algo de visión.  El tratamiento solo se requiere en ciertas etapas de daño avanzado de la enfermedad (variedad húmeda), y para esto hoy en día se sabe, que lo mejor para estas personas es el uso de medicamentos inyectados directamente al ojo (de los cuales existen varios), y en casos excepcionales (raramente) este indicado realizar un procedimiento quirúrgico para mejorar la visión o detener el daño.